Su llegada al Tafa supuso un punto de inflexión, un punto de partida para comenzar a ser grandes impulsando nuestras aspiraciones con el objetivo claro de mejorar y crecer. Diferencial en la pista, absolutamente determinante, juega y hace jugar ejerciendo un liderazgo natural guiando al grupo. Elegancia, calidad y mesura para marcar diferencias tanto dentro como fuera del 40×20, que le han convertido sin duda alguna en uno de los mejores de la categoría.

Hombre de club, comprometido, dispuesto siempre a ayudar y sumar en lo que se necesite. Inmejorable ejemplo de equilibrio, de talante positivo para tirar del carro en las buenas y especialmente en las no tan buenas, añadiendo a su excelencia deportiva cualidades personales de matrícula de honor. Su inconfundible sello, su impronta y marca personal, han cuajado profundamente en club, compañeros y afición erigiéndose en un auténtico referente muy querido y admirado por todos.

Para los que formamos la familia del Tafa es un lujo, un auténtico privilegio y un orgullo poder seguir disfrutando de uno de nuestros grandes baluartes por todo lo que aporta, por todo lo que nos da. Valor añadido de muchos quilates para seguir desarrollando el proyecto con solidez mirando hacia adelante, afrontando el futuro y los nuevos desafíos plenos de optimismo. La Tafamilia está de enhorabuena.